Chillán es la actual capital de la Región de Ñuble. Sacudida por el terremoto de 1939, la ciudad se divide entre un mix de nueva ciudad (Chillán nuevo) y lo que quedo intacto post terremoto (Chillán viejo). Es la ciudad de los contrastes. En verano puedes tener 38 grados y en invierno -1ºC.
Bueno, decidimos pasar un fin de semana en chillán. Primero nos inclinamos por recorrer la parte urbana. La primera parada fue el famoso Mercado Chillanejo. Lo recorrimos completo. Aquí puedes encontrarte con productos artesanales, ropa de huaso (también elegante), flores, huevitos de campo y quesos, pero en especial, de las clásicas longanizas. Te advierto que en chillán no puedes ir a hacer ninguna dieta!! No vale la pena. Compramos “Pincheira”, aunque de todos modos está lleno de otras buenas marcas. Otras que nos recomendaron fueron las “Cordillera”.
La Catedral de chillán queda muy cerca y es lejos otro de los lugares que hay que conocer en chillán. En esta ocasión no pasamos, pero les dejamos algunas fotos. A pasos de ahí está el paseo peatonal, el cual en varias ocasiones tiene exposiciones de pintura, un mimo (que ojalá no te deje en ridículo. Te recomiendo arrancar!), feria del libro, etc. Además, tiene un local típico para almorzar o tomar once: la Fuente Alemana, lleno de pastelitos y tortas.
A la tarde, partimos al tranque o Embalse Coihueco. Es un tranque rodeado de bosques. En el día puedes encontrar a mucha gente tomando sol, sacando fotos o andando en bici. En la tarde-noche, el público cambia y llega gente a poner música y tomarse unas cervezas. El lugar es precioso!, pero tristemente vimos algunas partes con mucha basura. De todos modos, igual vale la pena ir.
Nosotros realizamos el giro corriendo. Son aproximadamente 16kms. Es un
poco confuso, porque a veces no sabes si estás en un terreno privado o no. Ese fue nuestro caso, ya que corrimos tarde y nos dio la noche. Era difícil distinguir las demarcaciones de los terrenos, pero probablemente de día no hay problema con esto. Fue el contraste de ir relajado entre lindos paisajes, pero con la adrenalina que saliera un patrón de fundo con la escopeta, ups! Pasamos por campos verdes, caminos de flores, senderos con caballos, etc.
Al día siguiente, muy AM nos inclinamos por un panorama más outdoor. Partimos rumbo a las famosas Termas de Chillán, las cuales están abiertas tanto en verano como en invierno. Pero bueno, en realidad nosotros optamos por Valle Hermoso (queda un poco antes de las termas de chillán).
La entrada fluctúa entre 3-8mil pesos dependiendo de en qué estación vayas. Cuenta con camping, tienda de comida y 3 piscinas termales a distinta temperatura al aire libre. Como a 3 kms en subida, hay unas fumarolas de las cuales se puede obtener barro termal. Esta vez no sacamos, porque andábamos flojos, pero en otras ocasiones sí nos hemos llenado de barro y es muy entretenido! En la cercanía se puede conocer Los Lleuques, Pinto, Las trancas, Shangri-lá, la Gruta del Paine, la cueva de los Pincheira, la Laguna El Huemul, el Río Diguillín, Las Turbinas. En fin, hay una infinidad de lugares por conocer.
Para la noche, fuimos a comer a un local que recomiendo a ojos cerrados. Mi favorito: Onde´l Pala. Es una picada chillaneja vigente desde 1967. Las mesas y sillas son de troncos y muchas noches hay música folkórica muy buena! No faltan las sopaipillas con pebre ni la clásica chorrillana. Es como estar en una linda fonda todo el año. Generalmente la entrada es gratis, pero cuando hay shows puede llegar a costar 3mil pesos la entrada. Un lugar que se ha preocupado de conservar muy bien todas las tradiciones.
Ahora a sumergirse entre la chicha y la chupilca de la zona!